Nada es una novela escrita por Carmen Laforet, que
transcurre en la posguerra. Narra como eje principal la vida de una muchacha,
Andrea, que decide mudarse a Barcelona con unos familiares, con tal de estudiar
en la universidad. A lo largo de la novela, la protagonista se desenvuelve en
dos mundos totalmente diferentes; por un lado, el de su familia, y por el otro
el de su amistad con una compañera de estudios, Ena. Estas dos dimensiones se
van uniendo y acaban con un fatal desenlace: la pérdida de un familiar y la
marcha de su mejor amiga.
La historia se desarrolla en un escenario pobre y deprimido
de la Barcelona recién salida de la Guerra Civil Española.
Uno de los grandes logros de la autora ha sido la creación
de un gran número de personajes extraños, enigmáticos y repartidos entre dos
mundos, en los que, en un principio, el único enlace es la propia protagonista
que relata los hechos que le suceden desde una visión muy personal y sin
inmiscuirse demasiado en temas políticos anteriores a la época franquista y
solo resalta sucesos que no destacan ningún elemento ideológico si no que se
vuelve a centrar en sucesos personales.
Habla de las personas como individuos independientes, que
entrelazan relaciones entre otras personas, pero estas, tal y como sucede en el
inicio de la obra, se dan lugar en círculos sociales diferentes, de los cuales
el punto intermedio es Andrea, que intenta por todos los medios que no lleguen
a mezclarse.
De esta manera Carmen
Laforet consigue plantearnos una interesante situación en que dos mundos
paralelos se acercan cada vez más y donde Andrea que pertenece a ambos, a uno
por obligación y al otro por deseo, pasa a experimentar gran variedad de
experiencias en Barcelona, en una Barcelona que acaba de sufrir una guerra y
que es descrita con gran maestría, y dándonos una idea de cómo era la bellísima
Barcelona del presente en la era del franquismo, no solo su urbanización, si no
que es más, es un reflejo de la situación vivida por sus gentes, una sensación
apagada y triste que se percibe desde la esquina de la calle de Aribau hasta el
puerto de la ciudad.