lunes, 21 de enero de 2013

"Nada" de Carmen Laforet


Nada es una novela escrita por Carmen Laforet, que transcurre en la posguerra. Narra como eje principal la vida de una muchacha, Andrea, que decide mudarse a Barcelona con unos familiares, con tal de estudiar en la universidad. A lo largo de la novela, la protagonista se desenvuelve en dos mundos totalmente diferentes; por un lado, el de su familia, y por el otro el de su amistad con una compañera de estudios, Ena. Estas dos dimensiones se van uniendo y acaban con un fatal desenlace: la pérdida de un familiar y la marcha de su mejor amiga.

La historia se desarrolla en un escenario pobre y deprimido de la Barcelona recién salida de la Guerra Civil Española.

Uno de los grandes logros de la autora ha sido la creación de un gran número de personajes extraños, enigmáticos y repartidos entre dos mundos, en los que, en un principio, el único enlace es la propia protagonista que relata los hechos que le suceden desde una visión muy personal y sin inmiscuirse demasiado en temas políticos anteriores a la época franquista y solo resalta sucesos que no destacan ningún elemento ideológico si no que se vuelve a centrar en sucesos personales.
Habla de las personas como individuos independientes, que entrelazan relaciones entre otras personas, pero estas, tal y como sucede en el inicio de la obra, se dan lugar en círculos sociales diferentes, de los cuales el punto intermedio es Andrea, que intenta por todos los medios que no lleguen a mezclarse.

 De esta manera Carmen Laforet consigue plantearnos una interesante situación en que dos mundos paralelos se acercan cada vez más y donde Andrea que pertenece a ambos, a uno por obligación y al otro por deseo, pasa a experimentar gran variedad de experiencias en Barcelona, en una Barcelona que acaba de sufrir una guerra y que es descrita con gran maestría, y dándonos una idea de cómo era la bellísima Barcelona del presente en la era del franquismo, no solo su urbanización, si no que es más, es un reflejo de la situación vivida por sus gentes, una sensación apagada y triste que se percibe desde la esquina de la calle de Aribau hasta el puerto de la ciudad.

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